miércoles, 19 de septiembre de 2012

LA PRIMAVERA ES LA ESTACIÓN DEL ELEMENTO MADERA

La primavera empieza cuando la naturaleza se despierta después del largo y frío silencio del invierno. Es el primer temblor que anuncia una estación en plena expansión; es la exteriorización, la subida de la savia, la germinación de las semillas, el florecimiento, el esparcimiento del polen. La naturaleza se embellece.
La primavera a menudo viene anunciada por un cambio brusco de clima, con tormentas y el estruendo de los truenos. El viento es la manifestación climática específica de la primavera, que provoca o no la tormenta. Expresa la cualidad de la energía relacionada con el elemento Madera. El viento de la primavera siembra la vida, ya que transporta el polen y, cuando se levanta, barre todo a su paso. También es una manera de evocar el cambio. El mismo viento es cambiante: aparece bruscamente, cambia de dirección, gira y cae de golpe. El viento es caprichoso, es la movilidad, el movimiento, el carácter de lo imprevisible.

El trigrama Tchen, el trueno, simboliza estos cambios bruscos que inauguran la primavera. Está seguido por el trigrama Souen, el viento. Tchen también se llama "Lo Suscitativo". Se dice: "Todos los seres nacen en el signo de Lo Suscitativo, las semillas y los brotes hacen su aparición". El trueno simboliza la prontitud del relámpago y del rayo que le preceden. Es el movimiento más rápido, por tanto el más eficaz, capaz de despertar la naturaleza adormecida por el frío del invierno.
El viento, Souen, también se llama "Lo Suave". Su vocación es la de dispersar y su acción completa la del trueno. En una dimensión más simbólica, Lo Suave ayuda a los seres a desarrollarse en la benignidad del clima de la primavera. Souen es la suave brisa que favorece el crecimiento de la vegetación en todas las tierras. Al mismo tiempo, representa las raíces que se hunden hacia abajo. Por eso, este trigrama tiene por nombre la Madera: es la maduración de la vegetación en la primavera, cuando empieza a echar raíces.

 La primavera es una estación acogida como un renacimiento, después de los rigores del invierno. Para los chinos de la antigüedad, el invierno era la estación del recogimiento. En el invierno, uno debe hibernar, meditar, volver a centrarse. Como una semilla, nuestra energía vital concentrada se desplegará en la primavera. El Nei Jing dice que en la primavera: "El universo está de parto y la creación en pleno resplandor. Uno se acuesta tarde, se levanta temprano, sale de su hogar, se desata el pelo, se pone cómodo, disfruta de la vida." Recibir la primaver es acoger el renacimiento. Todo nuevo, todo bonito. El espíritu es nuevo, capaz de vislumbrar proyectos nuevos para uno mismo y para la sociedad.