OTOÑO
El otoño es la estación del elemento Metal, cuando la naturaleza inicia su recogimiento. Después de la culminación del Yang, del calor, de la maduración vegetal, viene el reflujo de la savia y el Yin empieza a crecer. Dos trigramas corresponden al Metal: el Lago y el Cielo.
El Lago del otoño
El trigrama que representa el Lago se denomina también la neblina o el regocijo. Se orienta hacia el oeste. En chino se llama Touei.
Se asocia con la niebla porque el otoño es el tiempo de las lluvias y de las primeras nieblas, después del corto período Tierra del final del verano. Durante esta época, el lago se viste con jirones de niebla que se evaporan en su superficie.
Se denomina "El Regocijo" porque este trigrama produce placer. Es el placer de la satisfacción del deber consumado, de la recogida de los frutos después de meses de duro trabajo, cuando llega el momento de cosechar lo que se ha sembrado. En la antigua civilización china, esencialmente agraria, estas referencias no eran sólo simbólicas sino que revestían un sentido muy real. "El Regocijo origina las alegrías de la recolección", dice el Yi King. Por eso esta estación es la ocasión para muchas fiestas, ya sea para honrar las cosechas, las vendimias o la apertura de la caza...
El Cielo del otoño
El Cielo se asocia con la idea de la dominación. Se coloca en la dirección noroeste. Los chinos lo llaman
K´en.
Durante el otoño, el sol tiene un brillo metálico comparable a la luz crepuscular. Este Cielo uniforme, duro, simbolizado por tres trazos Yang, es el que se observa en otoño en Pekín, es uniformemente azul y de un gris metálico. El trigrama del Cielo representa, por consiguiente. un estado de dureza y de combate semejante a la lucha eterna entre la luz y la oscuridad: "lo oscuro y lo luminoso se exaltan mutuamente".
Después de la realización viene la hora del balance. El otoño es la estación del rigor, cuando todo lo que se ha realizado debe manifestarse; también es el momento del juicio.
Los pensamientos vuelven de la Tierra al Cielo. La oscuridad predomina sobre la luz, las noches son más largas. La interiorización predomina sobre la exteriorización; la fuerza, la firmeza y la precisión, sobre la agitación y la dispersión. Está representado por el jade, que simboliza la pureza sin tacha, como la del Metal mismo. El Cielo representa el espacio grandioso de la bóveda celeste, de donde proviene su forma redonda: para los chinos, el Cielo es redondo y la Tierra es cuadrada.