Durante ENERO continuamos con la práctica de
QI GONG
martes 9 a 10.30hs
jueves 19 a 20.30hs
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cerquita del Cid Campeador
cualquier consulta no duden en escribir!
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En Qi Gong, el movimiento es lento, por lo general: se repliega y se distiende, sube y baja, todo ello en una especie de coreografía a cámara lenta. Las rodillas no se tensan y bloquean, sino que se flexionan elásticamente, plegándolas cuando el cuerpo desciende y estirándolas al compás de los movimientos ascendentes. Del mismo modo se doblan y estiran los brazos y las manos.
Quien contempla un ejercicio de Qi Gong debe tener la impresión de que el practicante está vadeando un brazo de mar o se mueve en el fondo del agua, a cámara lenta o, en ocasiones, como si tuviera todo el cuerpo en estado de ingravidez, como un astronauta.
También el adepto tiene esa impresión, debido a la suavidad de los gestos y a la soltura con que uno se mueve. Sin embargo, moverse con soltura no significa relajarse con flojera, fundirse blandamente ni gesticular de cualquier manera hasta dar con el cuerpo en el suelo como un saco. Hay que mantener un cierto equilibrio, un respecto a la verticalidad del eje corporal, a las raíces de la tierra y la soberanía del cielo. El practicante tiene cierta sensación de dignidad, de majestad, y al mismo tiempo un sentimiento de presencia corporal, de estar ocupando un espacio y un tiempo bien determinados.
Tiene su justificación el practicar los movimientos de esta manera, el cuerpo flexible pero firme, como preparado para rechazar en cualquier momento el asalto de un adversario. En el estado de imaginaria ingravidez, de agilidad, el organismo se prepara en cierto modo para abrirse y quedar más disponible, en busca de la fluidez y la permeabilidad que le permitirán dar entrada y salida a las energías del cielo, de la tierra y del cosmos.
Quien contempla un ejercicio de Qi Gong debe tener la impresión de que el practicante está vadeando un brazo de mar o se mueve en el fondo del agua, a cámara lenta o, en ocasiones, como si tuviera todo el cuerpo en estado de ingravidez, como un astronauta.
También el adepto tiene esa impresión, debido a la suavidad de los gestos y a la soltura con que uno se mueve. Sin embargo, moverse con soltura no significa relajarse con flojera, fundirse blandamente ni gesticular de cualquier manera hasta dar con el cuerpo en el suelo como un saco. Hay que mantener un cierto equilibrio, un respecto a la verticalidad del eje corporal, a las raíces de la tierra y la soberanía del cielo. El practicante tiene cierta sensación de dignidad, de majestad, y al mismo tiempo un sentimiento de presencia corporal, de estar ocupando un espacio y un tiempo bien determinados.
Tiene su justificación el practicar los movimientos de esta manera, el cuerpo flexible pero firme, como preparado para rechazar en cualquier momento el asalto de un adversario. En el estado de imaginaria ingravidez, de agilidad, el organismo se prepara en cierto modo para abrirse y quedar más disponible, en busca de la fluidez y la permeabilidad que le permitirán dar entrada y salida a las energías del cielo, de la tierra y del cosmos.
"La gimnasia de la eterna juventud. Guía fácil de Qi Gong. El arte de desarrollar nuestra energía vital." de Yves Réquéna. Ed. Robin Book
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